lunes, 3 de enero de 2011

OCROS: El Sacrificio de Tanta Carhua.





El Poder del  Padre “Cacique Caquepoma” en el  Sacrificio  de Tanta Carhua
Lugar: Aisha (Lacchas), del pueblo de Ocros, Ancash, Perú.

Por  Edgar Amador Espinoza M.

  Resumen:

"...decía la muchacha acaben ya conmigo que para fiestas  bastan las que en el Cuzco me hicieron; lleváronla a un alto cerro, remate de las tierras del Inga , y hecho el depósito la bajaron a él y emparedaron viva". (Hernández Príncipe, 1601).

La precedente cita de Hernández Príncipe, un sacerdote extirpador de idolatrías de la época de la colonia, es bastante ilustrativa y está referida a la historia de Tanta Carhua, una joven aclla (elegida, virgen del Sol, mujeres especialmente preparadas para casarse con el Inca o cumplir otros roles sociales jerárquicos del sistema político imperial, incluido el de ser ofrendadas en honor al Sol-Inca) que fue sacrificada (enterrada viva) en lo alto de una montaña con motivo de la fiesta de la Capacoha o fiesta de los sacrificados, la cual se celebraba en el Cuzco durante la conmemoración estatal incaica en honor al sol, o sea el Inti Raymi.

LAS OFERNDAS INCAS:

El extirpador de idolatrías  Hernández Príncipe es hoy día celebre y citado muchas veces  por los estudiosos de las religiosidad incaica y preincaica. Su función de extirpador le  permitió  recopilar informaciones de primera mano respecto a todos los tipos de rituales   realizados en tiempo de los Incas.
Da cuenta de 32 sacrificios de niños y niñas destinados a diversos dioses y fechados en el calendario lunisolar andino.
En su informe resulta relevante la descripción  etnográfica y etnoshistorica del ritual de la Capacocha  y en particular el  sacrificio de  Tanta Carhua  hija del Cacique  Caquepoma.
Escribe Hernández Príncipe, “Tanta Carhua  la niña tenía diez años cuando fue llevada al Cusco y allí le hicieron muchas fiestas y a su regreso continuaron haciéndolas; pero ella protestaba diciendo que era “bastante con las que ya le habían hecho en la capital del Imperio”. Llevándola  entonces a un cerro alto, a una legua de Aisha / Aixa del  las tierras del Inka, y hecho su depósito la bajaron a él y la emparedaron viva en el cerro.

Cuenta Hernández Príncipe que, informado de todo esto fue al mismo lugar, donde hizo que cavaron un pozo hasta de tres estados de fondo, y allí encontraron el terreno bien nivelado y en el remate hecho un depósito a modo de alacena, donde estaba muy sentada al modo antiguo Tanta Carhua, con muchas alhajas, topus y dijes de plata que el Inca le había regalado y muchos cantarillos y ollitas.

Su cuerpo estaba ya deshecho y su finísima ropa esgamosada que apenas podía tocarse.
Los ancianos refieren que cuando se sentían enfermos o tenían alguna necesidad de socorro, venían a este sitio acompañando a los magos, quienes “asimilándose” a la Tanta Carhua  les respondían, con voz femenina, lo que debían hacer en cada caso.
El  extirpador apunta que por este sacrificio le fue entregado al padre el señorío de la zona de Aisha (no Aija).
Ahora, antes de seguir adelante: un padre decide la muerte en sacrificio de su hija. Observamos el accionar de un padre dotado de un poder  absoluto. Su decisión, su violencia  diríamos primigenia  aparece sustentada en el sistema mágico religioso del que él mismo forma parte.
Otra formación debe mencionarse y es la omnipotencia del padre que se encuentre refrendada  por las claves racionales  insertas en   toda la red sacrificial que incluyen a  los hombres y  a las divinidades tanto masculinas como femeninas.
No deja de ser interesante que en la historia legada por el extirpador de idolatrías conste el nombre completo de la hija sacrificada. El nombre y su culto fueron transmitidos a través de las generaciones por la tradición oral y las significaciones míticas que es una de las formas por las cuales se transmite el inconciente cultural.
La comunidad mantuvo vigente el hecho sacrificial consumado, ellos fueron los beneficiarios del sacrificio. Tanta Carhua, no solo tiene nombre propio, sino que tiene una representación que la emparenta con lo divino, su significación estas más allá de los principios  de la gente de la común unidad.
 De vuelta el padre recibirá regalías divinas, en este caso será el señor de las tierras del Inka de Aisha (Aixa). Es como se hace evidente un padre real que decide la destrucción de una familia y de una hija.
Podemos  imaginar el poder y las dimensiones intrapsiquicas  del fantasma de este padre andino .Acaso, porque no decirlo, de cualquier padre que tenga a su cargo la potestad sobre los hijos e hijas. Los orígenes de este deseo yace en una primera identificación con padres persecutores, en las vivencia de este padre  expuesto y amenazado de muerte en su pasado.
 Es decir el deseo de muerte hacia la hija, revela ante todo un objeto denigrado .El poder del padre como en la mayoría de las religiones exige la sumisión y el acatamiento de los hijos. ¿Que da a cambio? Lo que da en  la mayoría de las religiones estudiadas, afecto, protección, reconocimiento siempre y cuando se acate sin miramiento su ley omnipotente.
Pero también  un padre que atenta contra el orden natural de la descendencia en el caso de la hija sacrificada. El despliegue  tánatico del padre es un atentado contra  el advenimiento de nuevas generaciones. Pero también  observamos al padre tal cual un dios  instalado  por encima de  las prohibiciones a las que esta sujeto el hombre común. Y a pesar de todo lo dicho respecto al poder del padre; reconocemos que al final de la red sacrificial se encuentra la representación  de lo femenino, la madre tierra, la Pacha mama.
 Y si argumentamos  desde el plano de la religiosidad podemos afirmar sin  dudas que la hija al transformarse en Malqui, en objeto sagrado y de culto se instala por encima de todos los deseos terrenales. No se trata de la muerte simbólica de la hija, sino de una muerte real de la hija.
En este sentido la red y el sistema de racionalizaciones, justificaciones y explicaciones dan cuenta del deseo contrario, el deseo de eliminar y aleccionar a la progenie.
¿Que obtuvo el padre por el sacrificio de su hija? El Inca le concedió el “señorío de Aisha (Aixa)”.
El sacrificio de la hija significo un triunfo para el padre y  para la comunidad de la que la hija formaba parte. Consumación de un alud de abusos contra la progenie  femenina y masculina. Consumación anclada  en la terrible racionalidad religiosa.
Así un padre filicida decide el sacrificio de su hija y cautivo de esta red sacrificial erradica su paternidad cometiendo lo que en psicoanálisis conocemos como parricidio que en términos más precisos es la consumación  de un auto parricidio.
¿Cual su destino?.No lo sabemos. Queda claro eso si, el campo abierto a la vivencia del duelo y de la culpa. Un doble duelo el primero por la hija sacrificada, el segundo por su auto parricidio. Sin embargo un hecho  de una inquietante extrañeza  es el siguiente: la hija  que el padre entregaba al sacrificio terminaba sepultada viva en la profundidad de la tierra, quiero decir en el cuerpo de la  Pacha Mama.
Que es  aun hoy en día una representación de género femenino. Otra aproximación a este acto difícil de contener en la mente, es que el sepultamiento en vida equivale a una reinfetación .No obstante no se trata de una fantasía. Sino de cómo la fantasía llega a la acción real. Ahora  el ritual alcanza su horroroso resplandor pocas veces explicitado.
En rigor la estructura sacrificial se inicia con el poder del padre que entrega a su hija a la institución sacrificial .La institución sacrifial procede y   utiliza una modalidad siniestra .
El padre y la misma comunidad entregan  a la hija a la madre tierra ,que es la súper madre de  las madres sobre la tierra, y a un mismo tiempo  abuela de Tanta Carhua .Se evidencia así no solo una participación económica, social y política de parte de la mujer, sino que alcanza el grado máximo de participación esto es del  orden de lo simbólico.



La Estructura Sacrificial Andina
Las Hijas Que La Comunidad Sacrifica


Muchos cronistas describen minuciosamente el ritual a estos datos de descripciones de antropólogos y últimamente los hallazgos realizados por los arqueólogos.

Los nuevos descubrimientos realizados  por los  arqueólogos  en lo que va de los 90  a la fecha  no harían  sino corroborar las imágenes encontradas en el arte preincaico, las  fantasías fundamentales del inconciente que flotaban en los mitos, las minuciosas descripciones legadas por los cronistas, el accionar de los personajes sacrificadores y sus víctimas en los cuentos y   por ultimo en los vocablos quechuas que designaban y designan al ritual sacrificial. 

La búsqueda de pruebas sacrificiales explicitas estuvo dirigida en los últimos años  por  Joan Reinhard  y su equipo.
En 1995 descubrió el cuerpo momificado de una niña sacrificada que estremecieron a la comunidad internacional.
Fue llamada la dama de Ampato, que es el nombre de la montaña donde fue descubierta, también ha recibido el nombre de la doncella inca del hielo .Más no quedan aquí las pruebas  irrefutables.

Durante el año 1999 descubrió  en el cerro llullaico tres cuerpos de niños sacrificados y conservados por la sequedad  y el hielo. Es sorprendente el hecho de que también  en el caso de las momias de Salta se trataba de niñas, ya que por lo general se habían encontrado urnas funerarias que contenían en su interior a niños entre 6 y 14 años.

Los descubrimientos de tumbas infantiles  correspondientes al ritual de las Cápac hucha  alcanza a las islas ubicadas frente a las costa de Ecuador, más precisamente en la Isla  de Plata.

En Chile es reconocida la momia de un niño en perfecto estado de conservación descubierta en el Cerro el Plomo en las inmediaciones de la ciudad de Santiago.

La recurrencia al sacrificio de niñas y niños muestra una de las tantas facetas paradojales  del humano.
Cómo he dicho en otros trabajos, Malpartida.“ He dado en llamar Estructura Sacrificial Andina a  la serie de instituciones y de funcionarios  calificados y designados co-participantes de una jerarquía incaica poderosa que administraban la muerte de los hijos invocando  una serie de razones y justificaciones” .Abordaremos algunas de estas racionalizaciones en las líneas siguientes.


Las Evidencias sobre los Sacrificios de Niñas en el Periodo Incaico
Juan de Betanzos “…y fueron sacrificados muchos niños y niñas a los cuales enterraban vivos muy bien vestidos  e aderezados a los cuales enterraban de dos en dos, macho y hembra”
Cristóbal de Molina el Chileno  en su estudio sobre la religiosidad incaica escribe en 1553 “enterraban con ellos  mujeres vivas, diciendo que los habían de menester para que allá en la otra vida les sirviesen y que no era razón que estuviesen ni durmiesen sin compañía y servicio”.
Roberto Levillier  En  el Pirú hubo muchos monasterios de doncellas…parte de ellas se diputaban...Para los sacrificios ordinarios que hacían de doncellas, y otros extraordinarios por la salud o muerte, o guerras del Inga…a ningún padre era licito negar sus hijas…y aun muchos ofrecían sus hijas de su voluntad, pareciéndoles que ganaban  gran mérito en que fuesen sacrificadas por el Inga”.
El mito del sacrificio filial, así como el ritual  operaban desde su base alojada en  el inconciente cultural proyectando su carga letal y  fantasmatica.  El ritual aceptaba en su dispositivo mortal la presencia  de victimas de sexo femenino, niñas y mujeres adultas. Esta doble presencia de victima femeninas y masculinas encuentran su anclaje en el sistema de parentesco que dibuja y ancla  un sistema que  inicia  su proceso    en  las representaciones  siderales del Sol  simbolizando al padre y  la Luna  simbolizando a la madre y desde  allí se desplaza en  una línea paralela complementaria  de ascendencia  o descendencia según el lugar donde se situé el observador .
Si nos ubicamos en el cielo politeísta incaico descendemos hacia la persona del inca y de la Coya su hermana  posteriormente  encontramos a los curacas y finalmente a los progenitores que entregaban a las víctima.
 Más aun hay una participación activa de las mujeres en los sacrificios filiales. Un grupo de divinidades femeninas aguardaban las ofrendas .Las niñas estaban destinadas a la Luna o mama quilla, al mar o mama cocha, a la tierra o Pacha mama y a las diosas menores, por ejemplo las estrellas y lagunas.
Aun hoy  la Pacha Mama o madre tierra recibe todo tipo de sacrificio en los andes. Las niñas enterradas  servían de alimentos a los dioses y en particular a la madre tierra. La niña será devorada  por la tierra, volverá a su seno y a su origen en “reciprocidad” la madre tierra  entregara las  correspondientes regalías a cambio  de esta magna ofrenda. Lo siniestro presenta una fantasía de la que muy poco puede decirse. Acuden más imágenes y sensaciones que palabras cuando lo siniestro insurge 
Es una configuración  paradójica.  Es lo más lejano y  más profundo, y por lo tanto  lo mas familiar, lo que yace en el hogar de la psiquis.   Una de las expresiones de lo siniestro es sin duda  ser enterrado vivo. Si pero entonces los sacrificados niñas y niños quedan en poder de la madre.


Casos conocidos
 La niña Tanta Carhua

Tanta Carhua era una niña de 10 años natural de Ocros. Según las crónicas, su padre la ofreció al Estado a cambio de su nombramiento como cacique. Después de ser llevada a Cusco, donde participó en las fiestas dedicadas al Sol y al Inca, la niña regresó a su tierra natal acompañada por los representantes más notables de su pueblo. Vestida como una reina, ascendió hasta la cumbre de la montaña y fue adormecida con una bebida especial. Después la metieron en un hoyo excavado a unos tres metros de profundidad, provista de un suntuoso ajuar, y sellaron la tumba. Entre todos los acompañantes destacaba el padre de la niña, convertido en cacique por la gracia del Inca reinante a cambio de haber entregado a su hija.


"COMO  LLEGAR AL PUEBLO DE OCROS - ANCASH (PERÚ)" 

 La dama de Ampato
Dama de Ampato

Hacia 1540 el volcán Sabancaya erupcionó durante algunos meses y para aplacar su ira fueron ofrecidas tres niñas vivas. Debieron ser adoradas por las gentes del lugar, pero con el paso del tiempo cayeron en el olvido, seguramente por las dificultades que entraña subir a una montaña de más de 6.300 metros.

En 1990 el volcán entró de nuevo en erupción y quedaron al descubierto algunos restos incaicos. El arqueólogo Johan Reinhard organizó una expedición a la zona, y allí encontró, a 60 m. de profundidad, un fardo funerario. En su interior se hallaba una adolescente helada, tapada con una manta y en posición fetal, que parecía dormir un plácido sueño. A menor profundidad fueron encontradas dos niñas que quizás acompañaron en su morada mortuoria a la joven.

Las momias de Salta
Momia de Salta

En la cima del volcán Llullaillaco, en la provincia argentina de Salta, de nuevo el arqueólogo Johan Reinhard encontró en 1999 los cuerpos intactos de dos niñas y un niño. Sus órganos estaban ilesos, incluso tenían sangre en el corazón y en los pulmones, y restos de comida en sus aparatos digestivos. La expresión tranquila de sus rostros hace suponer que no sintieron dolor en el momento de su muerte. Posiblemente fueron drogados antes de ser enterrados.
Bibliografía
1-Betanzos, Juan :1968/1551: Suma y Narración de los Incas. Biblioteca de Autores españoles. Fondo de Cultura Económica .México
2-Levillier Roberto:1940. Don Francisco de Toledo. Espasa Calpe. Buenos Aires.3 tomos
3-Malpartida Daniel:2004: La Comunidad Sacrificadora Rev Actualidad Psicológica. Nª 27. Ed Simultanea BS As-Santiago.2004
4-Molina Cristobal, el Almagrita:1943,Destrucción del Perú.Ed. Los pequeños grandes libros de Historia Americana. Francisco Loayza. Lima
5. Príncipe Hernades: En Historia Del Perú Antiguo. Tomo II. Por Ernesto Valcarcel. Ed Juan Mejia Baca. Lima 1964
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